José de Arimatea, fue un
personaje bíblico, que si bien no es muy
reconocido por los evangelios canónicos, si lo es en los evangelios denominados
apócrifos
.Los Evangelios canónicos
aportan solo una breve descripción de José de Arimatea, de forma que sabemos
poco acerca de él, aparte del hecho de que era rico y un discípulo secreto de
Jesús (Juan 19: 38). Lucas añade que era miembro del Gran Consejo del Sanedrín,
lo que sugiere que gozaba de una posición de cierta autoridad. Parece que José
de Arimatea, que fue considerado un «hombre recto y bueno» (Lucas
23: 50), no estuvo de acuerdo con la pena impuesta a Jesús por los
miembros del Sanedrín. Según Mateo (27:57-60) y Marcos (15: 43-5), le
pidió personalmente a Poncio Pilato el cadáver de Cristo, lo que sugiere que
era suficientemente poderoso como para que le concedieran audiencia con el
gobernador romano de Judea.
Algunos textos no
canónicos aportan más información sobre José. El Evangelio de Pedro menciona
que, de hecho, era amigo personal de Poncio Pilato, y el Evangelio de Nicodemo
hace alusión al entierro de Cristo y afirma que, tras él, los ancianos judíos
encarcelaron a José de Arimatea. Durante su estancia en prisión, se le apareció
Jesús resucitado y lo transportó milagrosamente a su casa, donde le indicó que
permaneciera cuarenta días.
Se dice que José era un
mercader de estaño que llevó a Jesús a Inglaterra durante la juventud de este,
que fue el fundador del cristianismo en Gran Bretaña y que era el guardián del
Santo Grial. Aunque el fundador oficial del cristianismo en Gran Bretaña
fue, en el año 597, San Agustín, fuentes no canónicas y relatos
posteriores cuentan que José de Arimatea llegó de hecho a Gran Bretaña en el
año 37 o en el 63. Las narraciones afirman que huyó de Judea con algunos más,
entre otros, se suele decir con el apóstol Felipe, Lázaro, María Magdalena,
María y María le Betania
Lázaro y María Magdalena
se quedaron en Marsela, mientras que el resto del grupo continuó viaje hasta la
Zialia, más hacia el norte de lo que hoy es Francia. El apóstol Felipe envió
entonces a José de Arimatea, junto con otros doce más, a predicar a Gran
Bretaña. El viaje por mar llevó a José al «País del Oeste», donde el rey ocal,
Arvirago, le concedió a José y a sus acompañantes algunas tierras en la «Isla Blanca ».
Allí fundaron una iglesia
de adobe, la Vetusta
Ecclesia , dedicada a la Virgen María. Generalmente
suele aceptarse que esta es el actual asentamiento de Bastonbury y que el
monasterio benedictino de Glasbonbury ocupa ahora el sitio en el que estuvo
aquella iglesia.
Otra parte de la historia
relativa a José y a la primera comunidad cristiana de Glastonbury es la del
espino que supuestamente aquél plantó. Al pararse a descansar en la colina Wearyall ,
José hundió su cayado en la tierra y en tal lugar creció un espino. El cayado
que José llevaba consigo se había hecho con la corona de espinas que llevó
Jesús en Su Crucifixion. El espino, que aún sigue en Glastonbury, florece en
mayo y en Navidad y se alude a él como el Espino Santo.
Probablemente el mito más
famoso en torno a José de Arimatea es el referente a su custodia del
Santo Grial. En estas historias normalmente se asocia al Santo Grial con la
copa que utilizó Jesús en la
Última Cena y en la que José recogió algunas gotas de Su sangre
durante la
Crucifixión. La primera mención de esto, si bien
rudimentaria, la encontramos en The Lité of
St Marv Magda/ene, de Rabanus Maurus (776-856). En ella, José de
Arimatea aparece estrechamente ligado a la legendaria isla de Avalon, supuestamente
en Somerset, donde está enterrado bajo la iglesia que fundó. También se cuenta
que junto a él había dos vasijas de plata que contenían la sangre y el sudor de
Jesús.
Durante el periodo
medieval circularon muchas historias sobre el Grial, en particular la de Robert de
Boron, Joseph dArimathie. En ella, el autor relata cómo Jesús es
lanceado en un costado mientras está en la Cruz y cómo José recoge luego de su
sangre en la copa que utilizó en la Última Cena. Debido a su relación con Jesús,
las autoridades judías encarcelan a José y durante su estancia en prisión, se
le aparece Jesús milagrosamente y le enseña los «misterios del Grial», aunque
no se especifica cuáles eran estos. Después de cuarenta y dos años de cárcel,
José es liberado y, junto con un grupo de cristianos, viaja a un país
extranjero, donde se construye una mesa redonda para simbolizar la Última Cena. Sin
embargo, hay un sitio en ella que nunca se utiliza: el correspondiente a Judas.
Posteriormente, José busca un lugar en el que guardar el Santo Grial, y lo
encuentra en el valle de Ayalon (Glastonbury), donde se construye una iglesia.
Cabe destacar también,
que según los evangelios apócrifos, la ultima cena, es realizada a pedido de
Jesús en la casa de Jose
de Arimatea.
Jose de Arimatea fue un
discípulo oculto de Jesús, sin embargo, cuando este fallecio, fue el unico que
dio la cara para pedir su cuerpo y demostrar así su admiración y respeto por
Jesús. Cuando todos lo negaron, el lo confirmo, sin importarle las
consecuencias que podía acarrear.
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